Escalar un volcán es una experiencia transformadora que, no solo reta a tu cuerpo y mente, sino también los beneficia. En nuestro país hay más de 37 opciones para vivir esta aventura, conoce las más populares y los consejos de expertos para ¡llegar a la cima!
Si bien existen cerca de 288 estructuras volcánicas en Guatemala, 37 son las más populares y de ellas te compartimos las que tienen más y menos dificultad para que puedas prepararte para escalarlas. La mejor época para esta experiencia es entre octubre y abril, aunque de acuerdo con la Federación Nacional de Andinismo, “cualquier fecha es buena, tomando en cuenta las consideraciones climáticas. En diciembre y enero, por ejemplo, los cielos están más despejados, y se pueden apreciar unos paisajes hermosos”.
En todo caso, la época lluviosa sería la menos favorable. Pero si estás considerando prepararte para vivir esta aventura este año, la Asociación de Turismo de Aventura de Guatemala (ATAG), con el apoyo del Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT), organiza tres excursiones simultáneas, para diferentes grupos: principiantes en el volcán de Pacaya, intermedios en el Tajumulco y avanzados en el Acatenango.
De los volcanes escalables, “13 son los que están arriba de los 3,000 metros sobre el nivel del mar (msnm) y hay una serie de siete volcanes que se caracterizan por estar debajo de los 3,000 metros”, agrega Jorge Luis Altuve, del Club Guatemalteco de Montañismo. Los tres volcanes más difíciles de escalar son el de Fuego, el de Atitlán y el Santiaguito. Este último, por estar activo no se permite su ascenso en la actualidad.
Si eres principiante, “lo recomendable es empezar con los volcanes más pequeños y de menor dificultad, tomando las consideraciones del ascenso, seguridad, equipo e hidratación”, sugiere la Federación Nacional de Andinismo. “En esta categoría se encuentra el volcán de Culma, cuyo ascenso puede tomar de 15 a 25 minutos y el de Ipala, de 45 a 60 minutos”, agrega Altuve.
Ten en consideración que “algunos de estos volcanes tienen cierta infraestructura desarrollada y cuentan con la categoría de parque regional, municipal o nacional. Por ejemplo, el del Pacaya tiene la misma categoría del Parque Nacional Tikal”, indica Altuve, por lo que debes informarte acerca del pago para su ingreso.
De acuerdo con la Federación Nacional de Andinismo, estas son las opciones más populares para aventurarte a la experiencia de escalarlos:
La diferencia entre una persona preparada físicamente y una que requiere entrenamiento radica principalmente en su estilo de vida. Para personas sedentarias, Altuve recomienda practicar actividad física diaria de 15 a 30 días antes del ascenso. Algunas sugerencias de la Federación Nacional de Andinismo son hacer caminatas largas, sentadillas, salir a correr, saltar cuerda y hacer bicicleta.
Además, se requiere poner atención a la alimentación e hidratación, en especial si por alguna razón presentas algún déficit. “Lo ideal es cuidar la hidratación una semana antes de escalar, tomando dos litros de agua al día”, indica Altuve. Dormir bien es otro factor importante en la preparación previo a envolverte en la naturaleza y encaminarte hacia la cima.
Si bien hay escaladores experimentados que disfrutan del ascenso solitario, lo mejor es contar un guía. “El ideal es aquel que nos explica el terreno por el que transitamos, el tipo de flora y fauna que nos rodea, la historia y costumbres de los pueblos que atravesamos. No debe fomentar la idea de que el primero en llegar a la cima es el mejor, sino debe hacer que el ascenso sea placentero”, resalta la Federación Nacional de Andinismo.
En las faldas de algunos volcanes existen guías locales que pueden orientarte y acompañarte durante el ascenso. Otra opción es ponerte en contacto con la Asociación de Turismo de Aventura de Guatemala (ATAG) para solicitar asesoría y opciones de agencias y/o guías. Por ejemplo, existen algunos con preparación en primeros auxilios, “que saben cómo responder ante un incidente con una persona con una condición médica preexistente, ya que el cuerpo cambia su funcionamiento en la montaña, un medicamento para el dolor de cabeza puede tener efectos secundarios distintos a los que provoca en la ciudad”, explica Altuve.
Al contar con un guía es importante que durante el trayecto sigas sus instrucciones y, de ir en grupo, ninguno debe perder de vista al que va más adelante o el que se queda atrás.
Si bien ascender un volcán es una experiencia sumamente gratificante para el cuerpo y el alma, al estar a 3,500 metros de altura y más de cinco horas de distancia de un familiar, cualquier emergencia puede terminar en tragedia. Por ello los expertos en el tema dan prioridad a la preparación previa a la aventura.
Esto incluye, de acuerdo con la Federación Nacional de Andinismo, contar con:
La primera acción de un protocolo de emergencia al sufrir una lesión y encontrarse a solas es tratar de contactar a un familiar o amigo, a quien se le dio previo aviso del ascenso. “En caso de extravío es importante guardar la calma, recapitular, buscar a alguien cerca o la ruta de ascenso para llegar a la cumbre donde hay más probabilidad de sobrevivencia y esperar. En un máximo de 24 horas es posible contactar con gente alrededor, un guía o que se active la búsqueda por parte de personal de socorro”, detalla Altuve
Por otra parte, toda persona que va a escalar un volcán debe contar con números telefónicos de emergencia para poder contactarse de inmediato al tener un dispositivo con señal. La Federación Nacional de Andinismo sugiere los siguientes: